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domingo, 7 de enero de 2018

Es un negocio hacer placeres contigo

Hacía tiempo que no sentía las frías gotas de lluvia impactar sobre mi cara. Llegar a un lugar con los pies calados. Serenidad irónica a corto plazo.
No importa lo que empiece; todo lo finalizo contando gotas. ¿Por eso despejan mi cielo después de descargar? ¿O simplemente dejan paso a la caída del frío del invierno?.
Con lo que me gusta. Hasta que decidí derretir las nieves creando fuego de mi pelo. No, no me sale de dentro, el corazón sirve para latir. Mi mente es quien deja de actuar aquí.
Incluso cada gota sería un imán que repele la tormenta, hasta que el Sol la seca. Está en el ciclo del agua joder, no es tan difícil.

La decadencia inverosímil del castillo de naipes reflejada en un charco bajo una farola. Los ochomiles que voy sumando. La simplicidad o el difuminado. La constante búsqueda colectiva del autorretrato, cuando ninguno se conoce personalmente. "Cerebros perdidos buscan cabezas vacías".

Para la época sombría voy aprendiendo el hechizo "Lumos".

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