Los gritos del viento me desconcentran, y dejo de mirar arriba cuando está despejado. Más rom que ram, y más ron en la mesa. Reinicio de sistema.
Cada día me parezco más a Pocoyó, solo que mi background no es blanco. Llueve y sale el sol, y anochece nublado. Y en la nube de electrones que yace bajo mi pelo están la caída y el ascenso de mi imperio. Si me hago a mi mismo, ¿Sigo siendo yo? A lo hecho, pecho. Y a los gritos del viento, quitarme la capucha y sentir los cristales pincharme el rostro. Nada como una bocanada de aire fresco.
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